domingo, 25 de agosto de 2024

 Tantos metros de Distancia 


La luna en la noche suspira,  

mientras el sol al alba despierta,  

un amor que la distancia estira,  

dos almas que el cielo alberga.


La luna en su viaje nocturno,  

al sol le dedica un poema,  

un romance tan tierno y puro,  

que ni el tiempo apaga la llama.


Cuando la noche y el día se cruzan,  

en el crepúsculo se encuentran,  

dos corazones que laten y buscan,  

en el cielo su amor se incrementa.


Aunque en sus caminos divagan,  

en el horizonte se miran,  

la luna y el sol se entregan,  

en un amor que nunca termina.


El sol en la mañana despierta,  

la luna en su cielo suspira,  

un amor que el tiempo interpreta,  

dos almas que nunca se miran.


En la noche, la luna florece,  

el sol en su brillo se apaga,  

un romance que el cielo merece,  

aunque la distancia lo embarga.


Cuando el eclipse los une,  

el día y la noche se abrazan,  

dos corazones que en el cielo se abren,  

en un beso que el tiempo atrasa.


Y aunque siempre estén separados,  

el sol y la luna se encuentran,  

en un ciclo de amores guardados,  

que en el cielo sus huellas dejan.

 Diferencia de Mundos


En una escandalosa ciudad tailandesa, donde los rascacielos rozaban las nubes y las luces nunca dormían, vivía un joven llamado Jonathan. Desde niño, Jonathan había admirado a una mujer que parecía tenerlo todo, Raquel, Raquel era rica, elegante, y lideraba una empresa con una mano firme. Para Jonathan, Raquel era un faro de luz en un mundo lleno de sombras, un sueño al que aspiraba llegar algún día.


Jonathan había visto a Raquel por primera vez cuando tenía diez años. En aquel entonces, Raquel había hecho un acto de bondad el cual quedó grabado en el corazón de Jonathan. Desde ese día, Jonathan no pudo evitar mirar las estrellas y preguntarse cómo sería estar cerca de alguien tan radiante como Raquel. Así que cuando Jonathan se graduó de la universidad, solo tenía un objetivo, trabajar en la empresa de Raquel.


Un día, su sueño se hizo realidad. Después de una serie de entrevistas, Jonathan fue contratado como asistente en la compañía de Raquel. Su primer día fue un remolino de emociones, mientras subía el elevador hacia la oficina de la directora ejecutiva, su corazón latía tan fuerte que casi podía escucharlo sobre el zumbido del motor.


Cuando finalmente entró en la oficina de Raquel, todo su mundo se detuvo. Allí estaba Raquel, tal como la había imaginado, pero más impresionante aún en persona, Raquel levantó la mirada de sus documentos, y sus ojos oscuros se encontraron con los de Jonathan, en ese instante, Jonathan supo que su vida estaba a punto de cambiar de formas que nunca había pensado.


Al principio, la relación entre Raquel y Jonathan era estrictamente profesional. Raquel era estricta y perfeccionista, exigiendo lo mejor de todos, especialmente de Jonathan, quien trabajaba más duro que nadie para demostrar que merecía estar allí. Sin embargo, poco a poco, la barrera entre jefa y empleado comenzó a desmoronarse. Las largas horas en la oficina se convirtieron en conversaciones nocturnas, primero sobre trabajo, luego sobre la vida, los sueños y los miedos.


Jonathan empezó a ver el lado más vulnerable de Raquel, un lado que el mundo exterior nunca había conocido, Raquel no era solo la empresaria segura de sí misma que todos veían; también era una mujer que cargaba con el peso de las expectativas y que, a veces, sentía que estaba sola en la cima de una montaña demasiado alta.


Por su parte, Raquel comenzó a ver a Jonathan de una manera diferente, lo que empezó como una admiración profesional se transformó en algo más profundo. Jonathan no era solo un empleado diligente, era un joven con un corazón puro, alguien que veía el mundo con esperanza y que traía luz a los días grises de Raquel.


Pero el camino hacia el amor no era sencillo. Había un abismo entre ellos, la diferencia de edad, el estatus social, y, sobre todo, el miedo al juicio de los demás. ¿Cómo podrían una mujer rica y poderosa y un joven sin recursos navegar un amor que iba en contra de tantas normas?


Una tarde, después de un día agotador, Raquel invitó a Jonathan a su casa. Sentados en la terraza, con la brisa suave del atardecer jugando con sus cabellos, Raquel miró a Jonathan y le dijo:


—Jonathan, desde que llegaste a mi vida, he comenzado a ver el mundo de una manera diferente. No sé cómo ni cuándo, pero he comenzado a sentir algo por ti, algo que no puedo ignorar.


Jonathan, con el corazón en la garganta, respondió:


—Yo también siento lo mismo, Raquel, desde siempre te he admirado, pero ahora... ahora es diferente, es más profundo.


El silencio que siguió no fue incómodo. Fue un silencio lleno de comprensión, de promesas no dichas y de un futuro incierto. Sabían que el camino sería difícil, pero en ese momento, el abismo entre ellos parecía más pequeño.


Y así, con el tiempo, Raquel y Jonathan decidieron enfrentar el mundo juntos, ellos sabían que habría desafíos, que no todos entenderían su amor, pero también sabían que lo que tenían era único y valía la pena luchar por ello.


El abismo entre Raquel y Jonathan, que antes parecía insalvable, comenzó a llenarse de puentes hechos de confianza, cariño y coraje, y aunque el camino no siempre fue fácil, caminaron juntos, porque al final, el amor era lo único que realmente importaba.

viernes, 23 de agosto de 2024

 Heyyy!!! Bienvenidos a este blog, mi nombre es Daniela, pero siempre me llaman por m apellido ¨Balderas¨, igual puedes llamarme como te agrade, espero que cuando leas mi blog te guste mi contenido o tal vez puedas empatizar con mis artículos.

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